Diciembre es un mes de contrastes. Mientras las vidrieras, las publicidades y las agendas sociales imponen un ritmo de celebración y encuentro, internamente se activa para muchos un mecanismo de introspección que, lejos de motivar, puede paralizar. La sensación de terminar un ciclo despierta la necesidad de "hacer un balance", un ejercicio que, según advierten los especialistas de la salud mental en Tucumán, puede convertirse en una trampa peligrosa de autoexigencia y frustración.
"Fin de año siempre es una presión para las personas. Hay una idea de que tenemos que ser felices, como si fuera obligatorio para todos estar festejando", explica Emanuel Rojas Juárez, psiquiatra y jefe de Salud Mental del Centro de Salud.
¿Por qué las fiestas de Fin de Año aumentan las probabilidades de sufrir un ACV y arritmias cardíacas ?Para el especialista, el mandato social de que las emociones deben ser positivas choca con la realidad del estrés acumulado. Por eso, su recomendación es contraintuitiva pero saludable: no hacer el balance ahora. "Cuando estamos tan estresados solemos hacer un balance más severo, más riguroso hacia nosotros mismos. No es el momento ideal porque no vamos a ser justos", advierte Rojas Juárez, recordando que el cierre de año es una convención cultural y que "muchas de nuestras cosas no concluyen en diciembre".
Cuando la ansiedad se hace física
La brecha entre las expectativas y la realidad no es gratuita. María José Acuña, psicóloga especialista en terapia cognitivo-conductual, señala que los mandatos de "empezar de cero" pueden intensificar cuadros de ansiedad, angustia y depresión.
Acuña advierte que cuando la ansiedad se vuelve crónica, interfiere en la conducta cotidiana: "Esto hace que se frene todo lo que se quiere lograr, porque sienten que no van a poder, o aparecen pensamientos como 'no me lo merezco' o 'no soy capaz'".
La profesional destaca que estos cuadros no son solo mentales, sino que tienen un correlato físico evidente: palpitaciones, dolor en el pecho (similar a un infarto), temblores, malestar estomacal y sudoración son síntomas de alerta que requieren atención profesional.
"No somos una empresa"
A la presión interna se suma un contexto externo complejo. Irma Thomas, referente provincial del Programa de Prevención de Conductas de Riesgo, pone el foco en la sociedad de consumo y la situación socioeconómica.
"No siempre vamos a tener un balance excesivamente positivo porque no somos una empresa, somos seres humanos y nos afectan múltiples emociones", sostiene Thomas. La licenciada advierte sobre el peligro de dejarse arrastrar por la necesidad de cumplir con regalos y gastos que exceden las posibilidades reales, lo que profundiza la culpa y la insuficiencia.
"Es muy importante que al adulto también se le permita equivocarse, frustrarse y emprender nuevos proyectos", agrega, sugiriendo que la salud mental también se cuida permitiéndose hobbies y actividades recreativas que quizás nunca se realizaron.
El servicio de Telepsicología del Ministerio de Salud Pública funciona las 24 horas, todos los días, para brindar contención y apoyo profesional desde cualquier punto de la provincia. Llamá al 0800-122-1555.
Una mirada amorosa y realista
Frente a este escenario de saturación, Ana Lucía Fernández, psicóloga especializada en psicoterapia breve, propone cambiar el enfoque. Sugiere reemplazar el castigo por lo que no se cumplió por una "mirada amorosa" hacia quienes somos.
"Visualicemos lo que sí logramos, lo que sí aprendimos. Tratemos de no solo mirar lo que nos falta, porque de seguro todos tenemos algo para agradecer", recomienda Fernández. La clave, según la especialista, está en reordenar metas para que sean concretas y realistas, priorizando la armonía y el autoconocimiento.
El sistema de salud, en alerta
El impacto de diciembre se siente con fuerza en los hospitales públicos. Rojas Juárez confirmó que las consultas aumentan drásticamente en esta época y que el sistema se concentra en la atención de urgencias, ya que "las guardias suelen saturarse".
Los especialistas coinciden: en un mes donde la agenda se llena de compromisos con otros, el compromiso más urgente debe ser con el propio bienestar emocional. (Producción periodística de Andrea Andrada)